Ricard Milà (Doga): “El problema de las eCargo es la regulación”
El eBike Business Development Manager de D-Go analiza el crecimiento de las bicicletas de carga, las oportunidades del segmento urbano y los retos regulatorios que frenan su desarrollo.
Las bicicletas de carga se están consolidando como una de las soluciones más eficientes para la movilidad urbana y el reparto de última milla. En este contexto, Doga ha decidido apostar por un motor propio, desarrollado a partir de la colaboración con Moov Drive Technology, con el objetivo de ofrecer una alternativa robusta y fiable para fabricantes que buscan diferenciarse en un mercado cada vez más exigente.
En una entrevista en BikeBusiness.es, Ricard Milà, eBike Business Development Manager de D-Go, explica cómo ha evolucionado esta categoría, qué papel juega la tecnología Direct Drive y por qué la falta de regulación se ha convertido en el principal freno para que las eCargo desplieguen todo su potencial en Europa.
Doga tiene una larga trayectoria en ingeniería y componentes. ¿Cómo surge la línea D-Go? ¿Qué papel juega dentro de la compañía?
Doga tiene un recorrido muy largo. Nació en el mundo de la automoción y, con los años, se ha ido expandiendo hacia otros sectores. Su producto principal son los motores eléctricos para limpiaparabrisas, y este desarrollo les ha llevado a convertirse en líderes mundiales en aplicaciones para tractores, agricultura y trenes.
A partir de esta experiencia se creó el área de Drive Systems, una división destinada a motorizar nuevos sectores. Dentro de esta línea existen cinco ramas, y una de ellas es la movilidad urbana, donde el foco está puesto en la bicicleta. En los últimos años, Doga ha desarrollado diferentes proyectos y diseños, incluido uno para moto que finalmente no salió, y ha apostado por soluciones sostenibles tanto para ciudades como para vehículos ligeros o de carga.
“Sus características principales parten del concepto Direct Drive, inspirado en la tecnología de los molinos eólicos”
Ha desarrollado un motor específico para bicicletas eléctricas de carga. ¿Qué características lo hacen especialmente adecuado para este tipo de modelos?
El motor D-Go no es un diseño creado desde cero. Nace de una colaboración con Moov Drive Technology, que estaba desarrollándolo, y Doga adquirió el diseño y lo ha mejorado y aplicado a su propia solución.
Sus características principales parten del concepto Direct Drive, inspirado en la tecnología de los molinos eólicos. Es un motor más grande y más pesado, de alrededor de 3 kilogramos, sin engranajes y sin fricción interna. Esto permite una eficiencia muy alta y, sobre todo, elimina elementos de desgaste, ya que únicamente los cojinetes necesitan mantenimiento. El resultado es un motor robusto, duradero y especialmente adecuado para bicicletas urbanas y de carga ligera donde la fiabilidad es clave.
¿Qué diferencia técnica o de diseño aporta su motor respecto a otras soluciones del mercado?
La diferencia fundamental es la robustez y la fiabilidad derivadas del Direct Drive. Al no tener engranajes no hay vibraciones ni ruido, y la sensación de pedaleo es muy natural. El ciclista nota que alguien le empuja por detrás, pero sin la sensación típica de asistencia mecánica.
¿Con qué marcas o fabricantes de bicicletas están trabajando actualmente?
Estamos a punto de cerrar un acuerdo con un fabricante, pero todavía no podemos revelarlo.
“En los últimos años vemos que el segmento de las eCargo está claramente al alza, muy apoyado por subvenciones y políticas de movilidad”
¿Cuál es su target?
Nuestro cliente es el fabricante de bicicletas, no el usuario final. No vendemos kits ni electrificaciones para particulares, sino soluciones pensadas directamente para marcas.
El perfil que tenemos identificado es el de fabricantes pequeños y medianos que producen en Europa, especialmente en Francia y, en segundo lugar, en Alemania. Suelen trabajar bicicletas urbanas, long tail, modelos para llevar niños y, sobre todo, bicicletas de carga.
Estos fabricantes buscan diferenciarse. Las grandes soluciones del mercado no les permiten personalizaciones por volumen, y con nosotros sí pueden hacerlo. Nos sentamos con cada marca y parametrizamos el rendimiento del motor para cada modelo, lo que permite un producto final más adaptado y diferenciado.
¿Qué tendencias observan a nivel europeo o global en cuanto a la eCargo?
Es un sector que está creciendo muchísimo. En los últimos años vemos que es una categoría claramente al alza, muy apoyada por subvenciones y políticas de movilidad.
“En el segmento de reparto de última milla, por ejemplo, están apareciendo bicicletas de tres y cuatro ruedas con gran capacidad de carga”
Desde su experiencia, ¿qué oportunidades de negocio ofrece el mercado de la bicicleta eléctrica para los próximos años, tanto para fabricantes como para proveedores tecnológicos?
Los centros urbanos de muchas ciudades europeas están limitando progresivamente el acceso del coche privado. Esto está acelerando la búsqueda de nuevas soluciones de movilidad que antes no existían.
En el segmento de reparto de última milla, por ejemplo, están apareciendo bicicletas de tres y cuatro ruedas con gran capacidad de carga. En el International Cargo Bike Festival en Utrecht lo vimos muy claro. Hay una diversidad enorme de diseños y propuestas, y tanto nuestro motor como otros más potentes encajan perfectamente en este tipo de vehículos.
¿Qué retos técnicos o de mercado considera más relevantes para seguir avanzando en la categoría eCargo?
El principal problema es la regulación. A nivel técnico no tenemos ningún límite. Podemos electrificar cualquier tipo de vehículo ligero, integrar controladoras, conectividad, bloqueo, geolocalización o cualquier solución de gestión.
El reto es que la normativa actual es la misma para una bicicleta de uso particular que para una bicicleta de carga capaz de mover mucho más peso. Podríamos ofrecer más potencia y más prestaciones para vehículos pesados, pero hoy no hay un marco regulatorio claro para el cargo bike. Esto hace que el sector siga sin un vehículo estándar y frena su desarrollo.
“No queremos competir con Bosch o Shimano, nuestro objetivo es consolidarnos como una referencia en bicicletas urbanas y de carga”
¿Cómo imagina el futuro de Doga en el sector bike en los próximos años? ¿Cuál es vuestra hoja de ruta a medio plazo?
No queremos competir con Bosch o Shimano. Nuestro objetivo es consolidarnos como una referencia en bicicletas urbanas y de carga. La prioridad ahora es afianzar el producto que hemos lanzado y seguir desarrollando otros motores complementarios.
El lanzamiento comercial está previsto para 2026 y ya estamos viendo interés por parte de fabricantes. No damos cifras, pero sí tenemos claro que queremos ser una marca reconocida en este tipo de vehículos y por la calidad del producto.
¿Está previsto ampliar la gama de motores o componentes eléctricos para nuevas aplicaciones dentro del sector ciclista?
Estamos trabajando para ofrecer un kit completo a los fabricantes. Ahora mismo producimos el motor y colaboramos con partners para la batería y la controladora, pero tenemos previsto desarrollar distintos motores con las mismas características tecnológicas, adaptados a otros tipos de vehículo y configuraciones de eje. Además, en un plazo de dos o tres años queremos desarrollar nuestra propia controladora.
Nuestro motor también incorpora una característica clave: la regeneración de energía. Cuando se frena, el motor genera resistencia y devuelve energía a la batería, lo que aumenta la autonomía. También reduce el desgaste de pastillas y ofrece una sensación similar a la frenada regenerativa de un coche eléctrico, especialmente útil en vehículos con mucho peso. Todo ello con fabricación europea.
Doga opera en más de 70 países. ¿En qué mercados ve más potencial de crecimiento para la movilidad eléctrica ligera?
Nos centramos en Europa, pero en el futuro vemos potencial en Estados Unidos con este proyecto.
“Con el impulso de las cargo bikes y la aparición de nuevas soluciones, vemos un futuro prometedor a nivel europeo, especialmente en Francia y Alemania”
En un contexto de alta competencia y concentración de proveedores, ¿cómo ve la evolución del sector?
El sector viene de una inestabilidad muy elevada, pero parece que empieza a estabilizarse. La parte positiva es que no nos dirigimos al ciclismo deportivo ni recreativo, sino a la movilidad urbana diaria, que es uno de los pocos segmentos que siguen creciendo.
Con el impulso de las cargo bikes y la aparición de nuevas soluciones, vemos un futuro prometedor a nivel europeo, especialmente en Francia y Alemania. En España el crecimiento es menor, pero nuestro enfoque principal es europeo.








