El Tour Femmes impulsa el ciclismo femenino
El Tour de France Femmes avec Zwift consolida su impacto como motor económico y mediático del ciclismo femenino, generando nuevos patrocinios, audiencias globales y estructuras profesionales
El Tour de France Femmes ha emergido como una de las principales palancas de transformación del ciclismo femenino. Desde su relanzamiento en 2022, la carrera ha conquistado nuevos niveles de visibilidad y prestigio, atrayendo audiencias globales, inversión empresarial y atención institucional. En su edición de 2024, fue emitida en 190 países, acumuló 80 millones de horas de visionado en Europa y atrajo a 20 millones de espectadores solo en Francia. La emoción competitiva no se quedó atrás: el podio se decidió por apenas cuatro segundos.
Este impulso deportivo tiene una clara correlación económica. El presupuesto medio de los equipos del Women’s WorldTour ha pasado de 2,35 millones de euros en 2022 a 4,67 millones en 2025. Los salarios mínimos casi se han duplicado y un 15 % de las ciclistas ya supera los 100 000 euros anuales. Plataformas como Zwift también han notado el efecto, con un incremento del 5 % en usuarias activas gracias a la campaña “Watch the Femmes”.
La presencia de grandes marcas tecnológicas ha reforzado esta evolución. Capgemini ha firmado un acuerdo hasta 2029 con ASO para ser socio tecnológico tanto del Tour masculino como del femenino, integrando soluciones de IA y análisis de datos en tiempo real. En paralelo, firmas como Nike o Liv han consolidado su presencia como patrocinadoras visibles del ciclismo femenino, y nuevas alianzas están naciendo alrededor del potencial de impacto social, innovación y sostenibilidad del deporte.
No obstante, persisten desafíos. En España, el pelotón intermedio es todavía escaso y el salto desde la base al WorldTour es abrupto. Solo dos equipos españoles compiten en categoría Continental o superior, lo que genera un cuello de botella en la progresión del talento emergente. La pérdida de pruebas femeninas en categorías inferiores también limita el desarrollo competitivo. Estos factores podrían comprometer la sostenibilidad a largo plazo del boom actual si no se abordan con una estrategia integradora.
El Tour Femmes ha dejado de ser un gesto simbólico para convertirse en motor real de cambio. El mercado debe ahora responder al reto de consolidar estructuras sólidas y sostenibles que permitan capitalizar esta eclosión. El ciclismo femenino ya no es solo una promesa: es un activo estratégico en expansión.