Diego Castillo: “El ciclista indoor ya es como antes de la pandemia”
El CEO de ZYCLE analiza un mercado de ciclismo indoor que ha dejado atrás la anomalía del Covid y entra en una etapa de madurez marcada por menos plataformas y precios más bajos.
Diego Castillo es el CEO de ZYCLE, el fabricante de rodillos y smart bikes que en los últimos años ha acelerado su apuesta por la gama alta y la mejora tecnológica. En una entrevista con BikeBusiness.es, analiza un mercado que deja atrás la anomalía de la pandemia y entra en una fase de madurez marcada por menos plataformas, más integración y un usuario cada vez más definido.
Según Castillo, el perfil de usuario ha regresado claramente al patrón precovid: un ciclista aficionado que busca compatibilidad con su día a día, entrena varias veces por semana desde casa y valora precisión, estabilidad y silencio. El mercado no crece en volumen, pero sí en calidad, con una presión notable a la baja en rodillos y un impulso creciente de las smart bikes.
¿Cómo describiría el estado actual del mercado de ciclismo indoor en 2025? ¿Cómo ha evolucionado la demanda este año?
Ha sido un año movido en el ámbito del software. La compra de BKOOL por parte de Rouvy, que se ha traducido en una absorción completa, ha reducido aún más las opciones para entrenar online. Veníamos de otras integraciones como FulGaz y de varios movimientos de Wahoo. El sector avanza hacia menos plataformas, pero más grandes y consolidadas.
El líder sigue siendo ZWIFT, pero MyWhoosh ha cogido muchísima fuerza. Juegan con recursos casi ilimitados, literalmente. Es como tener un “Manchester City” del ciclismo indoor ofreciendo un servicio gratuito. Frente a eso, las plataformas que necesitan cobrar una suscripción lo tienen mucho más difícil para retener clientes, porque aunque su producto sea bueno, competir contra un modelo gratuito es complicado.
“Como nacimos justo en 2019, no tenemos una referencia precovid, pero sí vemos un mercado estable y en recuperación”
¿Y respecto al hardware?
En hardware el panorama es distinto. Nosotros seguimos creciendo año tras año. Como nacimos justo en 2019, no tenemos una referencia precovid, pero sí vemos un mercado estable y en recuperación. Estamos creciendo entre un 10% y un 20% anual. Pero dentro del catálogo hay desequilibrios: la parte de rodillos sufre mucha presión a la baja en precios. Primero por la llegada de rodillos de bajo coste, y después porque, con el sobrestock postpandemia, muchos fabricantes europeos hundieron tarifas. El mercado todavía no ha vuelto a los precios prepandemia. Hoy puedes comprar un rodillo de tracción directa de marcas como Elite o Wahoo por 500 o 600 euros, algo impensable hace unos años.
Por este motivo, en ZYCLE hemos decidido empujar con más fuerza la bicicleta. Mantenemos rodillos como los ZPro y ZDrive, pero el grueso del I+D se ha centrado en la gama ZBike. Ya teníamos un producto muy competitivo en relación calidad-precio y hace tres años empezamos una renovación interna y estética. El año pasado lanzamos una edición limitada basada en la ZBike 2.0, pero con rueda libre. La rueda fija funciona bien, pero para el ciclista más clásico no es intuitiva. Esa edición limitada tuvo muchísimo éxito y no llegamos a Navidad con stock. Eso nos confirmó el camino y nos llevó a trabajar en un proyecto nuevo y más ambicioso: la ZBike Infinity.
¿Existe sobrestock?
El problema serio estuvo en 2021 y 2022. Nosotros, por tamaño, no lo sufrimos igual que otros fabricantes. Nos vimos arrastrados por la caída de precios, pero no tuvimos un sobrestock grande ni prolongado.
“El cliente actual es el ciclista aficionado que busca compatibilidad con su día a día”
¿Cuál es hoy el perfil mayoritario del usuario de ciclismo indoor? ¿Se está ampliando el público o sigue siendo un nicho principalmente deportivo?
El usuario ha vuelto a lo que era antes de la pandemia. Durante esos años entró mucha gente que simplemente necesitaba entrenar en casa, pero esa anomalía ya ha quedado atrás. El cliente actual es el ciclista aficionado que busca compatibilidad con su día a día: alguien que tiene disponibilidad por la noche, que en invierno hace más indoor y que prefiere ahorrarse desplazamientos. Suele hacer dos, tres o cuatro sesiones semanales desde casa, de una hora aproximadamente. Es un usuario que entrena con regularidad, controla sus métricas, mide su mejora y valora mucho la posición de pedaleo, el silencio, la precisión y la estabilidad del producto.
¿Cuál es ahora el principal freno del ciclismo indoor?
Más que un freno, lo que ha pasado es que el precio de entrada ha caído en picado. Lo que antes se pagaba por un rodillo de rulo, ahora te lo gastas en un rodillo de tracción directa. El rodillo es más accesible que nunca, pero eso no ha hecho crecer el mercado. Los ciclistas son los mismos; simplemente ahora pueden acceder a productos mejores por menos dinero.
“La barrera económica es mayor para quien empieza desde cero, pero para quien ya entrena indoor, la renovación es más sencilla”
¿Existe margen de renovación del equipamiento indoor o el ciclo de vida sigue siendo largo?
El ciclo de vida está entre 4 y 5 años, dependiendo del uso y la calidad del producto. Tienen mecánica interna y sufren desgaste, así que hay una renovación natural. Nosotros cada vez estamos empujando más los productos premium, sobre todo las bicicletas, porque ahí sí estamos viendo crecimiento constante. La barrera económica es mayor para quien empieza desde cero, pero para quien ya entrena indoor, la renovación es más sencilla.
¿Cómo ha funcionado el lanzamiento de ZBike Infinity?
Estamos muy contentos. La edición limitada ZBike FREE ya nos marcó el camino: rueda libre, manillar de ciclismo, mejoras en la conectividad y más precisión en la medición. Todo eso se ha consolidado en la Infinity, que incorpora rueda libre real, manillar ciclista, bielas multiposición, un factor Q más natural, una estética renovada y un embalaje mejorado. Y, sobre todo, mide potencia real, no estimada a partir de la generación eléctrica: es la única smart bike del mercado que lo hace.
La presentamos en Sea Otter y el lanzamiento comercial llegó a finales de octubre. Está funcionando fenomenal y estamos teniendo pequeñas roturas de stock constantes. Reponemos, se agota, y volvemos a reponer. Eso confirma que el producto está funcionando por encima de lo previsto.
“El canal principal sigue siendo el online, por peso y volumen del producto”
¿En qué canal está creciendo más el ciclismo indoor?
El canal principal sigue siendo el online, por peso y volumen del producto. Una smart bike es una caja grande y pesada, y enviarla a domicilio tiene sentido. Aun así, el retail ciclista también está creciendo gracias a Casa Masferrer, nuestro distribuidor oficial. Las tiendas informan al cliente, pero muchas ventas se cierran online; por eso recomendamos a las tiendas que ofrezcan servicios diferenciales: montaje, entrega a domicilio, acompañamiento. Es la única forma de competir contra los players online puros. En productos voluminosos como la ZBike 2.0 o la Infinity, el servicio de cercanía marca la diferencia.
¿Qué tendencias tecnológicas marcarán los productos que presentará ZYCLE en 2026?
La Infinity ya concentra muchas de las mejoras que nuestros usuarios nos pedían: potencia medida, ergonomía mejorada, manillar ciclista, personalización. A corto plazo estamos trabajando en una evolución importante de nuestra app, que incorporará nuevas funciones y mejoras de software. Y a la vez estamos trabajando con ZWIFT para mejorar compatibilidades y ampliar protocolos. Queremos distinguirnos tecnológicamente y asegurarnos de que nuestro producto funciona al máximo nivel en cualquier plataforma.
“Estamos trabajando desde hace meses para mejorar esa compatibilidad y hacer que el hardware pueda comunicar todos los datos necesarios”
¿Cómo está evolucionando la integración entre hardware indoor y las apps de entrenamiento?
Cuando nacieron los simuladores no había estándares claros. Cada pareja hardware-software funcionaba de forma distinta. En 2018-2019 apareció FTMS como estándar, pero nació con muchas limitaciones. Por ejemplo, no permite declarar el peso del ciclista, y no es lo mismo simular a alguien de 60 kg que a alguien de 70 kg. Esa información debería traducirse en diferencias de velocidad y resistencia, pero el estándar no lo contempla.
Con esas carencias, los distintos actores han ido ampliando FTMS por su cuenta. Las plataformas basadas en vídeo real, como Rouvy o la antigua BKOOL, requieren enviar datos adicionales que el estándar no soporta. Y ZWIFT, al funcionar en un entorno renderizado más propio de un videojuego, necesita acciones que tampoco están en FTMS: dar media vuelta, cambiar de carril e interactuar. Todo eso requiere protocolos adicionales.
Estamos trabajando desde hace meses para mejorar esa compatibilidad y hacer que el hardware pueda comunicar todos los datos necesarios, incluso los que FTMS no contempla, y que las plataformas los interpreten de forma correcta.







