Del Boom al Bucle: ¿Salto adelante o Reset global?
Tras el auge del COVID, el sector ciclista afronta caídas, ajustes y cambios estructurales que evidencian un nuevo ciclo: menos euforia, más estrategia
Durante la pandemia, el sector ciclista vivió un auge sin precedentes. Pero lo que parecía un cambio de era, ha derivado en un ciclo de ajustes, caídas de ventas, y un contexto de repliegue estratégico que recuerda más a una digestión forzada que a un crecimiento sostenible. Hoy, con cifras en rojo y ferias en declive, toca preguntarse si el sector bike está ante su "gran reset".
Las señales son claras. El mercado europeo cayó un 6,5 % en 2024. En Estados Unidos, la presión de los aranceles y el exceso de stock ha llevado a predicciones de estancamiento hasta 2029, según datos recientes de Bike Europe y el Financial Times. Incluso marcas icónicas como Brompton han visto cómo sus beneficios se desplomaban un 99 % tras el ciclo inflacionario y las promociones agresivas.
Mientras tanto, ferias como Eurobike han sufrido un descenso del 11 % en visitas profesionales, y hay debate abierto sobre su formato y relevancia. Los distribuidores se reorganizan: LOOK confía su venta a Adaptive DCS en Reino Unido, VanMoof se rearma con Tandem Group, y Shimano lanza una encuesta para abordar la escasez de mecánicos cualificados.
Todo ello apunta a una transformación de fondo: el sector necesita menos épica de crecimiento y más realismo operativo. A falta de ayudas fiscales o normativas claras, las marcas están recurriendo a la integración vertical, alianzas logísticas y análisis predictivo.
En este escenario nace el GBPI (Global Bicycle Purchasing Index), una herramienta impulsada por Eurobike y Bike Europe para medir confianza y previsión de compra. Suena técnico, pero es clave: si algo ha fallado en estos años ha sido la falta de previsión y de datos útiles para el canal.
Las cifras son un síntoma, pero el diagnóstico es más profundo. El ciclismo ya no puede fiarlo todo a tendencias externas (salud, clima, moda), sino que necesita una cadena profesional más eficiente, menos fragmentada y capaz de adaptarse a los nuevos márgenes.
¿Es esto una crisis? No necesariamente. Es una oportunidad para reenfocar, alinear oferta y demanda, profesionalizar el servicio postventa y construir estructuras más resilientes. Y para que medios, ferias y actores se reinventen con más utilidad que glamour.
Porque tras el boom, no viene la ruina, viene el bucle: ese momento incómodo donde todo parece retroceder para luego avanzar de otro modo. La bici sigue. El negocio, también. Pero con otra lógica.